Nos encontramos
con ciertas dificultades a nivel arqueológico cuando investigamos las
poblaciones de clase baja medievales.
Las cocinas son unas de las estructuras menos conocidas y más difíciles de
identificar1. En zonas urbanas, las cocinas privadas son poco
conocidas, lo que más encontramos son cocinas comunales, encontradas en los
rincones de los patios. Desarrollando lo que ya hemos observando con los
patios, algunos autores hablan del uso del patio como espacio para comer. El
patio se convierte, especialmente en el caso de las sociedades musulmanas, en
un espacio social y cultural donde la población podría comer al aire libre y
juntarse para hablar.
Por la falta de
calidad en muchos restos, el estado de conservación de huesos y cerámicas es
prácticamente nulo. Encontramos con muy pocos casos de yacimientos que
conservan restos de cerámica o fauna. Con una falta de restos asociados a una
estructura, tampoco podemos sacar una hipótesis sobre su uso. La mayoría de los
almacenes están vacíos, probablemente por robo o el hecho de que, en el proceso
de abandono, no querían dejar nada. Dentro de las poblaciones, sin embargo,
encontramos muchos talleres asociados a cerámicas tipológicamente típicas para
el uso en la cocina2. Vemos, a través de ellos, que para las clases
bajas la mayoría de las cerámicas estaban hechas a torno. También podemos
observar un proceso de estandarización con una lenta incorporación de vidrios.
Las cerámicas en muchos casos no están hechas de diferentes tipos de arcillas,
en general los talleres en estas poblaciones utilizaron una única arcilla para
poder aprovechar de la materia prima al máximo.
Para terminar
esta breve entrada sobre las cocinas urbanas, quería citar una frase clave que
he leído este semana; “La pobreza era la suerte común [en la sociedad
medieval]”3. Me parece una frase fundamental en nuestro estudio de
las sociedades a través de sus cocinas, en general las clases bajas compartían
todo. Teniendo en cuenta que varias familias podrían vivir en la misma casa,
entenderemos porque las cocinas fueron comunales. Con la escasez de comida y
recursos, es poco probable que vayamos a encontrar restos en los yacimientos
urbanos. En realidad, ni podemos buscar restos quemados, ya que para calentar
las propias casas existían hogares. No creo que encontremos suficientes
evidencias para poder distinguir entre un fuego para calentar la casa y un
fuego para calentar comida, es muy probable, incluso, que usaran el mismo fuego
para ambas cosas.
1 Passini, Jean (2001) La Ciudad Medieval: La Casa al Tejido Urbano.
Ediciones de la Universidad de Castilla-La Mancha, Cuenca. 357 Páginas
2 Quirós Castillo, Juan Antonio; Bengoetxea Rementeria, Belén (2010) Arqueología Medieval y Posmedieval, Arqueología III. UNED, Madrid. 648 Páginas
3 El Trabajo Nos Hace Libres
(2012) La Pobreza del Campesinado en la
Edad Media, Blogspot [En Línea] Disponible a través de: http://eltrabajonoshacelibres.blogspot.com.es/2012/08/la-pobreza-del-campesinado-en-la-edad.html
[Consultado: 15 Noviembre 2016]
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