martes, 8 de noviembre de 2016

Comparaciones


Ya que mi compañera ha propuesto varios ejemplos de cocinas, me gustaría empezar a unirlos y comparar los rasgos más llamativos.

En la mayoría de los casos, las cocinas de los monasterios más tardíos suelen ser una extensión del edificio. Un ejemplo de ello es el caso del Monasterio de Santa María Real la Olivia (Navarra). En el mundo anglosajón las cocinas, incluso, se encuentran completamente separadas, conectadas al monasterio o castillo a partir de un patio central1. Con el paso del tiempo se van integrando al edificio principal. En los otros casos propuestos por mi compañera, vemos que van integrándose cada vez más en lo que es la estructura principal de los monasterios, algunas veces con despensas anexas. Las cocinas son rectangulares, conectadas a un “refectorio” largo y estrecho donde los monjes comían. Por alguna razón, casi todas están orientadas norte-sur en conjunto con el resto del edificio, salvo la iglesia, que está orientada este-oeste. Además, siempre están conectadas a un patio.

Ya que los patios son completamente cuadrados, orientarlos es imposible, sin embargo vemos una homogeneidad entre los monasterios. Tenemos la estructura religiosa, en forma de cruz latina con su eje mayor orientado este-oeste. Junto a su ala norte nos encontramos con el gran patio, encajado perfectamente con la forma de la iglesia. Como un anexo al patio tenemos la cocina, y en la mayoría de los casos un refectorio que corre paralelo a ella. En el caso del Monasterio de Santa María de Huerta (Soria), hay un desarrollo complejo en el cual dividen el monasterio en dos según hombres y mujeres, compartiendo solo la cocina e iglesia.

En el caso de los castillos observamos un eje similar (norte-sur), sin embargo, ya que la fortificación se adapta a la formación natural del terreno, el patio no es perfectamente cuadrangular. La cocina, por lo tanto, no se orienta tan fácilmente en comparación con el resto de las estructuras.

Un concepto llamativo sobre las fotografías expuestas por mi compañera es el hecho de que todas las cocinas tienen un techo altísimo y curvado con varios arcos. Este factor me llama la atención porque, en comparación con el resto de la cocina, es el elemento más complejo arquitectónicamente. Es decir, en general las cocinas son muy simples, cuyo el único desarrollo estructural es una chimenea o espacio para calentar la comida. Sin embargo, si miramos hacia arriba, nos encontramos con un desarrollo curvado y un agujero en el techo, dirigiendo el humo hacia el agujero para poder ventilar la cocina.

Con dicha información hemos podido crear el siguiente modelo para los monasterios:

A – Iglesia
B – Refectorio
C – Patio Abierto
D – Posible existencia de una despensa separada a la cocina
La cocina en si es el rectángulo en Rojo marcado X


Bibliografía

1Steane, John (1985) Kitchens and Cooking, The Archaeology of Medieval England and Wales. Routledge, London. Página 265


Lloyd Austin David Courtenay

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